lunes, 1 de febrero de 2010

EL FINAL SIEMPRE LLEGA……

¿Quién nos lo iba a decir cuando comenzamos el curso el 30 de septiembre……..? e incluso los primeros días cuando comenzamos a hacer los grupos de trabajo…, pero yo, que ya tengo “unos cuantos años”, y “soy de las que hacen que la media de edad de la clase suba”, ya hace “unos cuantos años”, me dí cuenta de que el tiempo vuela (queridos compañeros, a partir de los 30 todavía más… y más a partir de los 40… y así, así,…). Por ello, en mi “primera experiencia” de este blog, dije que el curso seria corto pero intenso. Pues ya hemos llegado.
El profesor quiere que digamos lo que hemos aprendido. Pienso, que en las respectivas exposiciones de nuestros trabajos (y eso, que por desgracia yo sólo he escuchado dos: la deslocalización y Brasil), ya fuimos diciendo lo que habíamos aprendido con esta “experiencia”. Pero hay que decir más.
Profesor, con usted hemos aprendido a “volar”. Sí, digo “volar”, porque estoy segura que eso es lo que usted ha querido: darnos las primeras nociones, orientaciones, y enseñarnos que, en la vida, tenemos que “volar”, unas veces solos (y ahí están la virtud y la mesura, porque cada uno puede hacer lo que le da la gana), y otras veces en compañía. Y aquí, es donde pueden surgir los problemas…¿por qué?, pues porque hay que saber estar y trabajar en grupo: respetar a los compañeros, a discrepar sin insultar, a pensar de manera diferente y saber exponerlo y expresarlo sin agredir la opinión de los demás…. Y ahí, es donde estaba el director de esta experiencia (como un maestro de orquesta), guiándonos con su varita, e indicándonos los pasos a seguir, y cuando era el momento para darlos.
Recuerdo, que en nuestro grupo, al principio nos decíamos ¿es esto necesario? ¿no vamos un poco lentos?.... pero claro, todavía no habíamos aprendido a valorar el tiempo en su medida. Lo que sí aprendimos rápido fue a disfrutar de las reuniones de clase: de nuestros debates; al principio sobre la elección del tema, y más tarde, cada vez que conseguíamos material nuevo sobre el tema elegido.
Pienso que he tenido suerte en la elección de los compañeros de mi grupo, pues he aprendido mucho de ellos: soy la mayor, en edad, del grupo, y la verdad, que estoy gratamente sorprendida de mis niños (como yo les digo). Han sido un ejemplo de moderación y respeto (aparte de la alegría con la que se ha llevado a cabo el trabajo) en el modo en que se han llevado a cabo los debates y discusiones; del modo de trabajo, de lo “metódicos” que han sido, y de lo solícitos: cuando alguno de nosotros faltaba a clase, ahí estaban los demás para prestar apoyo y ofrecer lo que podía hacerle falta a los otros. Esto lo echo mucho de menos en mi lugar de trabajo, y pienso “a esta gente les tengo que regalar el libro sobre el método de Carballo, para ver si aprenden algo!”.
El último día de clase, el pasado jueves 28 de enero, el profesor Carballo, fue haciendo un repaso de lo había sido el curso…, no voy a incidir en ello, pero dijo que ese día en clase se encontraban el 95% de los alumnos que habían merecido la pena. Miré a mi alrededor, y ví que también se encontraban otros compañeros con los que, en alguna ocasión había formado parte de los grupos “espontáneos” que formaba el profesor, y que tanto me gustaron, y me dio mucha alegría……, pero lo que me llegó a la médula, fue el regalo que nos hizo: invitar a Fermín a clase, ¡qué envidia!.
Al terminar la clase, como ya era costumbre en mi grupo, nos quedamos un ratito comentando la clase, y estuvimos hablando de lo que Fermín nos había contado, y nos dijimos ¿os imagináis que dentro de otros 30 años, sea alguno de nosotros (o todos nosotros), los que vengamos al aula del profesor Carballo a contar nuestra experiencia?.
Y sólo con eso, con que asista a una clase un alumno de hace 30 años, o incluso de hace 10 años, eso…. eso profesor, es lo que vale la pena; y pienso que eso, es lo que le sirve de “gasolina” para tener la energía que usted tiene….. coño, que parece incombustible!
No sé cuando nos veremos, pero usted se despidió con un hasta pronto, esperando que si alguna vez le veíamos por los pasillos de la Facultad que le saludáramos,….. que no le quepa la menor duda.
No quiero extenderme más, sólo dos cosas: muchas gracias por ser así, (no se si distinto, pero si es cierto que distinto es su método de enseñanza), y recuerde que muchas de las cosas que hemos aprendido (porque usted nos las ha enseñado), donde quiera que nos encontremos, van a guiar y marcar parte de nuestras vidas. Muchas gracias.

1 comentario:

  1. Muchisimas gracias. Hoy tenia un dia malo, tuve que visitar esta tarde a un abogado -y eso significa siempre "malas noticias" o pleitos, que viene a ser lo mismo- y a un medico -que tambien implica "malas noticias", porque ya con mi edad hay que cuidarse un poquito mas de lo que me gustaria-. He llamado a alguien, y por fin encontre a mi hija mayor, que hablando con ella me tranquilizo un poco. Pero tu me has arreglado la noche. Gracias.

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